En una hostería pequeña y encantadora de una calle de Purmamarca (Jujuy, Argentina), Marta atiende a sus huéspedes: sirve el desayuno casero (que incluye una ventana de dimensiones generosas con vistas a los cerros coloridos de Purma), reparte agua caliente para los termos, brinda información turística y por las tardes da talleres de hilado en pushka, cordonería y otras experiencias textiles ancestrales.